Resumen
En el presente artículo, busco plantear que el transhumanismo, en realidad, pone en crisis la concepción de naturaleza humana, sin lograr un verdadero progreso, porque en su constitución teórica presenta problemas tanto en su comprensión sobre el ser humano como en sus capacidades, naturaleza, entre otros. Estas consideraciones me parecen importantes de formular para que, en esta época de avances científicos y tecnológicos a gran escala, no se pierda el fundamento humano dentro de la ética en los diferentes campos y especialidades del quehacer científico. Ante esto, trato de esbozar cómo se construye estas ideas a través de un proceso casi simultáneo que termina por dañar al hombre transformando al individuo en un artificio, por lo que no siempre puede pensarse en un progreso cuando se busca transformar, cambiar o falsamente mejorar al ser humano.
Abstract
In this article, I seek to argue that transhumanism, in reality, puts the conception of human nature in crisis, without achieving true progress, because in its theoretical constitution it presents problems both in its understanding of the human being and in its capacities, nature, among others. These considerations seem important to me to formulate so that, in this era of large-scale scientific and technological advances, the human foundation within ethics in the different fields and specialties of scientific work is not lost. Given this, I try to outline how these ideas are constructed through an almost simultaneous process that ends up harming man by transforming the individual into an artifice, so that progress cannot always be thought of when one seeks to transform, change or falsely improve the human being.
Palabras claves: Transhumanismo, progreso y naturaleza.
Introducción
El desarrollo científico, tecnológico y médico, que se incrementa exponencialmente en el siglo XX e inicios del siglo XXI, abre paso a una nueva forma de concebir al ser humano como individuo y ser colectivo. En este sentido, el transhumanismo se constituye como una religión antihumana. Según Winwood (1872), “Las enfermedades serán extirpadas; las causas del decaimiento serán removidas; se inventará la inmortalidad (…) Luego el hombre será perfecto, entonces será el creador” (p. 515). Este anhelo es el desprecio al hombre natural; por eso, la propuesta central consiste en hacer uso de la tecnología, de los mecanismos científicos y médicos, para tomar el control sobre la naturaleza humana con el propósito de modificar, en sentido amplio, cada aspecto del ser humano. Entonces, ¿el transhumanismo es progreso o, como en realidad se manifiesta, una crisis de la concepción de la naturaleza humana? En el presente artículo presentaré argumentos críticos que problematizan la idea deshumanizante en el transhumanismo.
La naturaleza humana como campo artificial
La aplicación de la tecnología para el transhumanismo consiste en percibir a la naturaleza humana de manera artificial y limitada. En las últimas décadas se han presentado proyectos científicos como el Genoma Humano y la clonación de especies; asimismo, la tecnología médica se está empezando a aplicar para cambiar superficialmente el cuerpo. Por ejemplo: las terapias hormonales, cirugías plásticas de “rejuvenecimiento”, cirugías de reafirmación de género, inyecciones hormonales en competiciones como el fisicoculturismo para aumentar la masa muscular, etc., las cuales permiten pensar el cuerpo como un objeto moldeable. Para Hardt y Negri (2000), tenemos que pensar a la naturaleza humana como un constructo o campo ficticio, sin límites o restricciones fijas por la naturaleza, abierto a modificaciones radicales como puede ser el cambio de sexo masculino a femenino, inclusive la transformación de una especie en otra, del ser humano en otro animal. De este modo, los límites biológicos son superados no solo como se piensa normalmente en el sentido de capacidades superiores, sino en la manipulación de lo que somos como humanos a través de la tecnología.
El proceso continuo
El aspecto deshumanizante, cosificante e instrumental del transhumanismo conforma etapas continuas dentro de un mismo proceso. Considero que no puede pensarse la instrumentalización sin visualizar la cosificación y la deshumanización, porque el fundamento de la instrumentalización del ser humano es la deshumanización. Estos tres aspectos, en este sentido, conforman una serie que degrada al ser humano hasta el punto de no percibir en él ningún valor, sino más bien, de considerarlo como un ser indiferenciable de otras especies, sin que contenga dignidad que le otorgue valor y lo caracterice como humano. Este proceso puede darse casi de manera instantánea: una vez que el ser humano no es considerado como valioso en sí mismo, y su naturaleza es expuesta a transformaciones, queda deshumanizado. Simultáneamente, es reconsiderado como algo, ya que no puede ser nada; y como no se halla qué es ese algo, se percibe como un objeto maleable a voluntad y deseos. En este punto llega también a ser cosificado. Esta etapa se abre a múltiples posibilidades, y la principal es la instrumentalización, que consiste en considerar al hombre como un medio para lograr fines personales. En este caso, el ser humano cosificado, al no tener dignidad ni ningún valor ontológico como humano, puede ser usado como un medio o un instrumento para satisfacer necesidades, fortalecer el estatus o proveer placer ajeno. Según lo expuesto, estos aspectos forman un solo proceso dentro del transhumanismo.
No todo es progreso
Todo avance científico y tecnológico es considerado progreso para el transhumanismo y, a la vez, estos constituyen el motor de este pensamiento. No obstante, este argumento es errado. El incremento de la ciencia y la invención tecnológica no siempre implica un avance positivo para la humanidad, porque pueden tener efectos negativos. No se puede ignorar que el ser humano inventó armas para fortalecer la violencia y, aún más, nuevos modos de guerra, como la guerra química o cibernética. Estos avances no siempre significan progreso en el sentido de beneficiar al ser humano, más aún cuando usar la tecnología implica cambiar la naturaleza humana. Para Iñaki y Andoni (2021), el progreso concibe al ser humano como defectuoso, por lo cual se busca que en el cuerpo humano confluyan la nanotecnología, la bioquímica, la tecnología informática y otras innovaciones. Según la concepción mecanicista de Descartes, el cuerpo es el centro de la vida humana: toda vivencia humana es experimentada porque poseemos un cuerpo; si este es alterado tecnológicamente, afectamos nuestra propia realidad y vida. Esta es la razón por la que no todo progreso científico y tecnológico es positivo para el ser humano.
El transhumanismo como transición
El transhumanismo también puede ser entendido como un proceso de transición, un estadio previo a una anulación total de lo humano. Podemos considerarlo como un calentamiento previo a un partido de fútbol, porque alista las condiciones necesarias para que el hombre deje de ser un ser humano. Tatulyan (2021) afirma que, si se aplica tecnología al ser humano, se lo transformará en alguien nuevo, con control sobre su biología, dando paso a una instancia posthumana. Esta instancia se refiere a una etapa posterior a lo que conocemos hoy como humano: los nuevos seres no podrían ser considerados como tales, porque serán totalmente diferentes. Así, el transhumanismo abre la puerta al posthumanismo, un mundo posterior, que ha superado al hombre.
Conclusión
En suma, el transhumanismo deshumaniza al ser humano y pone en crisis los valores que giran en torno al hombre. Esto es producto de comprender a la naturaleza humana como ficticia o artificial, con la posibilidad de ser alterada a voluntad. Además, esta filosofía presenta un proceso continuo entre la deshumanización, cosificación e instrumentalización del hombre. En esta línea, los avances científicos y el desarrollo tecnológico no siempre son positivos. Igualmente, esta filosofía constituye una instancia previa a una realidad más compleja: un mundo posthumano. Estas cuestiones planteadas son necesarias porque permiten ampliar nuestra visión y juicio sobre el peligro que subyace en el pensamiento transhumanista. Es sensato afrontar los problemas de nuestra realidad y no conformarnos ante las circunstancias adversas, pero de ningún modo es benigno destruirnos.
Referencias
- Andoni, A., & Iñaki, A. (2021). El desencanto del Progreso. Para una crítica luddita de la tecnología. https://books.google.cl/books?hl=es&lr=&id=PIs2EAAAQBAJ&oi=fnd&pg=PA14&dq=cr%C3%ADtica+humanista+al+progreso+cient%C3%ADfico&ots=pGW7BN-tm7&sig=XpAKcTHAeOZLc3l41CEi8rWt3n4#v=onepage&q=cr%C3%ADtica%20humanista%20al%20progreso%20cient%C3%ADfico&f=false
- Hardt & Negri. (2000). Imperio. Harvard University Press.
- Tatulyan, M. (2021) La singularidad radical: Ensayo sobre los fenómenos singulares. Experimenta Editorial.
- Winwood, W. (1872) Martyrdom of Man. https://archive.org/details/martyrdomofman72read
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