Perú: ¿Un país de libre competencia?

A nivel internacional como nacional se discute acerca de la importancia de la libre competencia, que se traduce en una mejora en la calidad de vida de los consumidores al existir una variedad de ofertantes con menores precios, entre los cuales el consumidor puede elegir según su presupuesto. En el contexto peruano, la Constitución de 1993 protege la libre competencia en el artículo 61 del apartado económico. Y cito: 

El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios. 

Por lo tanto, el Estado es responsable de velar por su continuidad. Sin embargo, acorde al informe elaborado por la OCDE en 2023, el Perú cuenta con 10 sectores con mayor grado de concentración, dominancia por parte de pocos grupos. Entre ellos se encuentran el sector de elaboración de malta y cerveza (87%), fabricación de productos lácteos (81%), elaboración de bebidas no alcohólicas (77%), entre otros. Esta situación se aleja del ideal teórico, lo que lleva a la pregunta: ¿realmente existe la libre competencia en el Perú? 

En primer lugar, es importante definir teóricamente el significado de libre competencia. En los libros de texto de economía, un mercado de libre competencia se caracteriza por tres postulados: Muchos ofertantes y consumidores en el mercado, bienes y/o servicios homogéneos, libre entrada y salida de empresas en el mercado (Mankiw, 2012). De acuerdo con el segundo postulado, se asume que los productores no pueden manipular el precio, ya que todos gozan de la misma información de mercado. Ahora bien, ¿cómo se traduce esto en la práctica?

Para simplificar el panorama, podemos observar dos casos cotidianos: las bodegas y Gamarra. Ambos operan en un mercado de muchos ofertantes y demandantes, y existe la libre entrada y salida de las empresas. No obstante, si bien las bodegas pueden tener los mismos bienes a comercializar, el precio varía dependiendo del distrito. Por otro lado, en el emporio textil, los productos no son completamente homogéneos, ya que hay diferencias en la calidad de las telas, los estampados, los diseños y otros factores. Además, problemas coyunturales como la informalidad y delincuencia dificultan la libre competencia.

Entonces, existe un mercado de libre comercio parcial, mas no total. Esto nos lleva a otro término que se adecúa a nuestro contexto, “Competencia imperfecta”, la cual describe la capacidad de las empresas de influir en el precio. Dentro de ello, existen tipos que veremos a continuación.

Monopolio

Día a día personajes de la política hacen declaraciones acerca de la existencia de monopolios en la industria y la necesidad de erradicar la concentración de poder. En primer lugar, sí existe monopolio, pero natural. A diferencia de un monopolio tradicional, en el natural surge cuando un solo ofertante produce de manera más eficiente que si hubiera competencia. Esto ocurre principalmente en sectores donde los costos fijos son significativamente altos en comparación con los variables (Mendoza, 2019). 

Sedapal, la empresa encargada de proveer agua potable, es un monopolio natural del sector hídrico. Debido a los altos costos de infraestructura, la competencia sería inviable. Por lo tanto, este tipo de monopolio está justificado bajo el argumento de eficiencia.

Oligopolio

En el caso del oligopolio, la producción está en manos de pocas empresas que controlan la producción total o la mayor parte de ella (Pindyck & Rubinfeld, 2009). Backus, la principal productora y comercializadora de cerveza en el país, ha sido acusada de dominar la industria cervecera, a tal grado de ser catalogada como un monopolio. Si bien hay datos que demuestran que la empresa concentra el 99% del sector cervecero desde el 2018, no es un caso de monopolio, sino de un oligopolio, ya que la mayor parte de la producción lo controla Backus. No obstante, el 1% restante está constituida de cervecerías naturales, tales como Barranco Beer Company, Salvaje, Cerveza artesanal 1058, entre otras.

Competencia monopolística

La competencia monopolística, explicada en palabras de Salcca-Lagar y Arpi-Mayta (2017), es una variante de la competencia perfecta en la que existen muchos ofertantes y demandantes.  La diferencia radica en los productos ofrecidos, que poseen características únicas, y por lo tanto, los consumidores están dispuestos a pagar un precio diferente por el bien o servicio. Un ejemplo es el sector belleza, según datos de la Cámara de Comercio de Lima, el sector tuvo un ingreso de 92 empresas, las cuales 29 estaban a cargo de la venta de skin care (Gestión, 2023). Otro ejemplo es el sector bancario, la cual arrojó un resultado de 0,66, es decir, se encuentra en una competencia monopolística, cerca a ser competencia perfecta. Actualmente, operan 17 bancos privados, 11 cajas municipales, 8 financieras y 6 cajas rurales. 

En suma, teóricamente la competencia perfecta no existe. Aunque el rol del Estado peruano, junto a organismos como INDECOPI, sea facilitar la libre competencia, la realidad muestra lo contrario. Tal como lo indica la OCDE, Perú tiene un alto grado de concentración en ciertos sectores de la economía, lo que permite que las empresas puedan interferir en el precio; además, de absorber a la competencia o formar alianzas para ganar mayor cuota en el mercado y conservar su dominio. Esta situación prueba la existencia de competencia imperfecta, reflejando que, aunque se aspire a mercados competitivos, las características económicas estructurales hacen que siga siendo una utopía.

Bibliografía

Autora: María Fernanda Salgado

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